Anoche ocurrió una catástrofe que ha causado gran dolor en esta ciudad. Con tan triste motivo se ha suspendido el Coso Blanco en señal de duelo y los demás festejos anunciados.
En la Explanda del Puente se quemaba un castillo de fuegos de artificio, fiesta que presenciaba multitud enorme. Los cafés, el Paseo de la Glorieta, el Puente Viejo y la orilla del río hasta la entrada del Parque Municipal, ofrecían imponente aspecto.
Quemáronse varias figuras y en los intermedios de una a otra cremación se echaban bombas. Después de prender fuego a una cruz, el pirotécnico arrimó la mecha a uno de los tubos lanzabombas colocados junto a la acera de la orilla del rio, la cual estaba llena de gente, en su mayoría soldados.
Oyóse una detonación imponente y el lugar donde se produjo la explosión vióse envuelto en una densísima columna de humo. Los balcones del Ayuntamiento se hallaban, como es de costumbre, llenos de familias de la localidad que acudieron a aquel lugar para presenciar el festejo.
Terribles ayes de dolor anunciaban que alguna desgracia había ocurrido. El desorden, el pánico, fueron enormes. La gente corrió en todos sentidos y la confusión y algarabía hicieron imposible, en los primeros momentos saber lo que ocurría. Una distinguida dama cayó ensangrentada en el balcón del despacho del alcalde y bajo, en la calle, el número de heridos era grande.
El castillo fue suspendido. La banda de Crevillente dió por terminado su concierto. La gente abandonó la Glorieta, marchando gran número de familias a las redacciones de los periódicos y a las puertas del Hospital y Casa de Socorro, para conocer los nombres de los heridos.
Fuente: Diario de Alicante Año XVII Número 4861 – 1927 abril 20