De la banda de Alcoy nada tengo que decir, pues solo con su nombre basta para que quede hecho su acabadisimo elegio: en lo que sí paro mientes, es, en la Banda crevillentina titulada “La Filarmónica” que debido al infatigable celo, amor al arte y asiduo trabajo de su culto director don Manuel Sánchez Samper, ha logrado en un reducido número de años, hacer que sus dirigidos, hijos todos del trabajo, y sin instrucción musical en un principio, hayan llegado al presente, a ser músicos de cuerpo entero y fieles interpretes en sus ejecuciones, de los más inspirados maestros nacionales y extranjeros.
Cuando en los conciertos que dio en el casino y en real de la feria lanzaba al viento sus nutridos acordes principalmente en las obras Maruxa, que tan en boca está en nuestros días y en el Pontpurri de Operas, arreglo de su inteligente director, era tanta la afinación tanta la armonía y tanta la maestría con que ejecutaba sus dificiles “regulandos”, “crescendos” y “alegros vivaces”, que más bien que una banda pueblerina parecíame oir una orquesta constituída por consumados profesores.
Así se explica como poblaciones de la importancia de Novelda, Elche, Villena, Dolores, Almoradí y otras, requieren con insistencia su delicioso concurso en sus festivales y no pueda como quisiera atender a tanto requerimiento como sucedió recientemente al ser llamada por los hijos de la Villa de Aspe con el fin de que amenizara las fiestas que a principios del corriente mes han celebrado para honrar a su idolatrada Patrona la Virgen de las Nieves […]
Adelante pues, jovenes crevillentinos que de continuar por el camino emprendido del trabajo y amor al arte pronto os veréis admirados no solo de propios, sinó más aún de los extraños.
Fuente: El periódico para todos Año VI Número 1571 – 1916 agosto 17